Fue un domingo por la
mañana después de misa de ocho, cuando tocaron timbre en la casa de Bridget
Kenny, mientras un grupo de familiares y amigos desayunaban animadamente. La
anfitriona abrió la puerta y se encontró con "two handsome boys",
rubios, elegantes muy simpáticos. Los visitantes se presentaron como
"Misioneros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos
Días" en un trabalenguas que le causó gracia a Bridget, tan propensa a
confundir nombres y palabras.
- Oh! -respondió Bridget-
You’r Mormons!
-
Oh, yes, that's it mam! -contestó uno de ellos con entusiasmo.
Desde
la cocina, Minnie, la hermana mayor de Bridget, preguntó en voz alta:
- Who's there Briddy?
-
The Mormons... -le respondió Bridget con una pícara sonrisa
- Fling Holy Water at them!
-espetó Minnie sin vueltas
La
sugerencia causó gracia tanto a los presentes como a los mormones, que
entendieron el mensaje “muy Irish” que provenía del interior, mientras
disimuladamente se asomaban tratando de descubrir a la persona que los quería
exorcizar.
Fue
así como Minnie avanzó a pasos agigantados hacia la puerta de entrada y sin
mediar palabras los interrogó con acritud:
-
What's your name?!
-
Mine? -preguntó inocentemente el más tímido, intentando mantenerse cordial.
-
Yes, yours! -volvió a la carga Minnie muy seria.
-
Peter Maguire...
-
And yours?
-
James O'Hara, mam... -respondió el otro enseguida
- Oh! Oh, my Holy God! Praised
be Jesus Christ our Lord! Both Irish names!... You should be ashamed of
yourselves!... Go to Church and beg Gods forgiven for your disobedience! The
Catholic Church is the only truth one... Give up sinning and come back to the
Holy Catholic Church if you want to save your souls...
- But! -balbuceó Maguire
- But nothing! Save your souls
now before it’s too late! And it’s not a joke, I command you to do it!
-
Ok mam… -contestó O'Hara con cara angelical.
- And don't you dare forget
what I have told you!
-
Will do so mam... Have a good day! - Respondieron y salieron carpiendo, aunque
debieron haberse reído de la comedia.
-
Good bye! May God and the Virgin Mary have mercy of you! -les respondió Minnie
y cerró la puerta, tan seria y agitada como si acabara de batirse con el
mismísimo diablo.
Cuando
Minnie y Bridget volvieron a la cocina, se encontraron a los huéspedes
enjugándose las lágrimas. Las hermanas se miraron sorprendidas, hasta que
alguien les preguntó con ironía dónde habían dejado las cabezas decapitadas de
los mormones; recién entonces comprendieron que las lágrimas eran de risa
incontenible que les había causado el "acto de arrojo" que acababan
de presenciar. Pero Minnie consideró que el asunto no era para la risa. Con
seriedad y sin pestañear, se sentó a la mesa satisfecha de haber cumplido con
los designios del Señor.
El
temple aguerrido de Minnie era famoso en la comunidad, y si hay almas en pena
merodeando su tumba, seguro que entre ellas están las de los mormones.
María
"Minnie" Kehoe Doyle nació en 1877 en Salto, Provincia de
Buenos Aires y falleció en Venado Tuerto el 04 de octubre de 1959. Contrajo
matrimonio con Patricio Rourke Kenny, que nació en 1870 y falleció el 6 de
octubre de 1920. No tuvieron descendencia y sus restos descansan en el
Cementerio de Venado Tuerto.